viernes, 11 de noviembre de 2011
Esto, más que nada, es una reflexión personal, pero no quiero que se me muera el blog por mi escasez de horas de vida ((24-uni) tiende a 0) y por mi vicio al Pro Cycling Manager, así que algo habré de escribir.

Hoy en clase me han dicho que estaría mejor sin barba y con el pelo más recortado. Sin embargo, la percepción que tengo yo de "mejor" y la que tienen ellos no tiene por qué ser la misma. Y mucho más allá, si el fin último de seguir esos consejos es acabar gustando a alguien (o simplemente causar una bonita impresión física), me niego. Más que nada, porque para gustar a alguien, tiene que ser porque le guste como soy, tanto física como mentalmente. No me gusta nada la actitud de esa gente que cambia de gustos cuando cambia de pareja. No son ellos mismos. Por eso no me dejo aconsejar por la gente que dice "estarías mejor si... ", siendo esa condición algo que choca frontal - o lateralmente - contra mi forma de ser.

Y parafraseando a Elvisa... espero que os haya gustado este tutorial. ¡Chao!
jueves, 29 de septiembre de 2011
Vengo corriendo [no literalmente] a escribir porque me ha venido la inspiración, y eso es bueno, aunque sólo sea para contar una cosa bastante breve. Estaba viendo en la TV unos campeonatos del mundo de gimnasia rítmica. Sí, gimnasia rítmica; soy una máquina de "tragarme" cualquier cosa relacionada con el deporte, porque además, me gusta (nota mental: hay un gnomo que me está diciendo que me vaya a Periodismo, para acabar en el deportivo... creo que voy a descuartizar al gnomo).

A lo que venía, quiero comentar un par de cositas que me han llenado especialmente:
1) La música de fondo: nivel, calidad. No es la típica música que pondrías para estar tranquilamente con los amigos, pero que no estaría mal si se busca una velada para recordar durante tiempo. Es, normalmente, un lujo para los oídos ver gimnasia rítmica.
2) Almudena Cid. Debuta como comentarista en TDP, que era donde estaba viendo la gimnasia rítmica. El motivo por el que la nombro es porque disfruta y hace disfrutar la gimnasia rítmica. Se la nota ilusionada, no solo por empezar a aparecer como comentarista, tras haber sido uno de los puntales de España en esto de la gimnasia artística en los últimos 15 años, sino por todo lo que ve: cada buen gesto de las gimnastas, la compenetración de las gimnastas cuando están por equipos, los fallos (ahí se nota que sufre, y sea quien sea la que falle), etc. Y eso lo echo de menos en muchas retransmisiones deportivas, ya sea fútbol, ciclismo, baloncesto... Como dice el título de una canción: "Se está perdiendo... y es una pena".

En fin, que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Así que por esta vez doy esto por finalizado. ¡A más ver!
miércoles, 24 de agosto de 2011
Bueno, como hacía casi cosa de dos meses que no escribia por aquí, y no quiero que esto quede oxidado, vamos a darle caña, pero hoy, algo extraño, hablando de mí. No del ser que ha aprovechado mal, bien, mejor o peor el verano, sino del que tiene demasiadas cosas en la cabeza, bien llamadas proyectos. Creo que me faltarían vidas para llevarlos a cabo, y quitarme muchas cosas de encima - por ejemplo, las redes sociales. Pero aun así quiero esbozarlas, unas más a corto plazo y plausibles, otras más a largo plazo y bastante difíciles. Como dirían los francófonos, on y va:

- Ponerme en forma y ganar un poco de músculo: aquí nos enfrentamos con uno de los grandes dilemas del verano, ¿dormir o no dormir? ¿Vaguear o no vaguear? Porque dependiendo de estas respuestas, se puede llevar a cabo o no. La cabeza me dice que sí, pero la almohada me tienta. Aun así, sé que si me pongo ahora me estaré preparando ya la Operación Bikini 2012 (como quien se prepara unas oposiciones jeje)

- Darme caña con los idiomas. Fácil si se va a academia, di fícil si tengo que coger oído a base de series y películas, debido a mi animadversión a ver series en el ordenador, y en la TV imposible encontrar alguna en VOS. Digamos que como tenga que coger oído por series, veo que mejorar en idiomas va a ser un objetivo que siempre va a estar al alcance de mi vista, justo en el horizonte.

- Llegar a dirigir un equipo o asociación deportiva. Obviamente no tengo en mi mente ser un Florentino Pérez de la vida (que, joder, ojalá, no todo el mundo dirige la constructora más grande de toda Europa). Un Tercera o Primera Regional o así, o algo de fútbol sala o incluso baloncesto; pero claro, eso queda lejos lejitos, pero no lo descarto, depende del futuro.

- La idea más horripilantemente genial y épica: crear un escenario para un juego de rol de dimensiones gigantescas. Vamos, que siento envidia de George R.R. Martin. Mapas tengo y he de mejorarlos, he de pensar en varios idiomas inventados y/o aplicables, tengo que pensar en qué época puedo moverme y qué estilo de culturas puedo meter en cada mapa, amén de las ciudades, los caminos que transiten, los peronajes y tal. Una guía de entre 100 y 200 páginas. Por supuesto, todo todo todito inventado. ¿El problema? Que tardaría eones y me falta imaginación. Creo que es demasiado gigante lo que quiero hacer. Pero eso me gusta. Quizá necesite ayuda, pero bueno, ya se verá cuando lo tenga un poco más planteado.

Creo que por el momento, ya. No era mucho lo que quería contar, pero bueno, quién sabe, a lo mejor sirve para algo, aunque sea para dar 3 ó 4 minutos de lectura a quien se pase por aquí.

Pues eso, que ¡hasta la próxima!
viernes, 8 de julio de 2011
Antes de decir nada, sé que a la mayoría de los poquitos que echáis un ojo al blog no os gustará este texto, más que nada porque es deporte 100%. Avisada la tripulación, izamos velas.

El motivo de esta entrada es simplemente el tema del modelo de gestión y sentimiento de un equipo deportivo, ya sea fútbol, baloncesto, rugby..., tema que viene a colación debido a la compra y traspaso del BM Ciudad Real, uno de los mejores equipos de balonmano de Europa, por parte del Atlético de Madrid. No es una crítica al Atlético de Madrid, es más, si el Real Madrid hubiese comprado el BM Ciudad Real haría la misma crítica. Sólo que detesto esa pérdida de valores, jugar con los sentimientos de los aficionados y seguidores habituales que no pueden ir al estadio cada 2 semanas (por ejemplo porque viven a 300 o 400 km). Porque fijaos... en España, y por lo general en Europa, el club de la ciudad o los clubs de la ciudad se han ido formando a base de uniones de pequeños equipos, y se han ido asentando en la ciudad, calando entre la gente. En España menos, pero en Inglaterra los equipos de fútbol tienen un activo programa de ayudas y centros sociales, la unión equipo-gente es mayor, y si nos vamos a Escocia es todavía más fuerte, donde los equipos están asociados con las comunidades religiosas, en Glasgow están los Celtics (católicos) y los Rangers (protestantes), en Edimburgo está el Hearts (protestantes) y el Hibernian (católicos).

Ahora coged y decid al Hibernian que como no recibe suficientes ingresos de las Administraciones, que el equipo se renombra y se va con todo (directiva, jugadores, equipo técnico...) a Aberdeen, por ejemplo. Crea un caos en la ciudad increíble, en un aspecto tan importante de la vida de la sociedad como es el fútbol (no digo que sea importante o no para mí, o si debería o no serlo, simplemente que lo es), cuando además está asociado a una cultura, rompe a la ciudad en una parte que se ve superior a la otra porque mantiene su equipo, y la otra hundida porque pierde fuerza.

Bien, pues minimizamos el impacto y nos lo llevamos a Ciudad Real, una ciudad pequeñita, pero que cuenta con un equipo de Balonmano que es de lo mejorcito de Europa, y junto con el Barça, el equipo más fuerte de España. ¿Qué representa el BM Ciudad Real no sólo para la ciudad sino para Castilla-La Mancha? Primero, destacar como colectivo en algo de deportes: en fútbol tienen a un equipo recién ascendido de 2ªB, en baloncesto no tienen a ningún equipo en la ACB, y uno de los mejores manchegos, el CB Illescas, está en la LEB (no sé ahora si LEB Oro o LEB Plata), en deportes minoritarios nada, en ciclismo todo el patrocinio está en horas bajas y en balonmano, seguramente el 3º deporte de equipo más importante de españa, tienen a dos equipos, pero el Balonmano Ciudad Real es el único que sale de España. ¿Qué promoción tiene CLM fuera de España para cosas como el turismo? El albaceteño Iniesta y el BM Ciudad Real. Un equipo que contará con simpatías (o no) en otros países europeos, y que, ¡oye!, permite situar a Ciudad Real en el mapa. Pues imaginad para los habitantes de Ciudad Real, Puertollano... fuera de España los colocan en el mapa, son conocidos en potencias europeas como Francia o Alemania, además de tener el orgullo de que en su ciudad hay un gran equipo de algo.

Pero en época de crisis hay deudas y en vez de vender jugadores, subir a gente que sienta los colores del club y saldar las deudas pendientes, cogemos las maletas y nos vamos no sólo a otra ciudad, sino a otra Comunidad Autónoma. Y la gente, sobre todo los aficionados, de Ciudad Real se quedan compuestos y sin equipo. El equipo cambia de nombre, no de dueño, y recibe dinero. ¿Y el sentimiento de equipo? No lo hay. Se puede hinchar por él, como dirían los argentinos, pero no es lo mismo. Puede comprarlo el Atlético de Madrid y regenerar una sección que el sr. Gil hizo desaparecer. Pero no es el mismo sentimiento. No niego que la gente se vaya a enganchar al nuevo Ciudad Real... digo, el nuevo BM Atlético de Madrid, pero como en 2 años la gestión sea pésima, se quedan sin aficionados.

Sin embargo, esto no es nuevo en España. Hace pocos años, había un equipo de fútbol en Murcia que subió como la espuma hasta la Segunda División, el Ciudad de Murcia. Pero cuando el presidente se cansó y quería más y más dinero de las Administraciones, en vez de dejar el club, lo vendió a un empresario granadino que se lo llevó a Granada, renombrándolo como el Granada 77, un equipo que ya estaba allí establecido pero que no conseguía grandes resultados, por lo que el nuevo Granada 77 absorbió al anterior. El Granada 77 no fue seguido por la gente, en Murcia la afición del Ciudad se quedó sin equipo al que animar y el nuevo equipo granadino ya ha desaparecido. Con eso digo todo. Sin embargo, el equipo mayoritario de Granada, dirigido por el antiguo presidente del Ciudad de Murcia (¿casualidades de la vida?) ha subido a Primera. Pero es que el Granada CF tenía afición hasta en Tercera.

El título de la entrada se corresponde a que este modelo europeo choca con el estadounidense, donde todo va por franquicias: no es la unión de pequeños equipitos lo que da lugar a un gran equipo, sino mucho dinero que crea una franquicia. Y así tenemos a un equipo de Minneapolis que se traslada a Los Ángeles, equipo en el que actualmente (bueno, ahora hay parón en la NBA) juega Pau Gasol. O el caso más reciente, el de Seattle Supersonics, que de la noche a la mañana desaparece y se va a Oklahoma City. Pero no hay un sistema de divisiones en el que suban o bajen equipos, hay un número de plazas para equipos y quien tenga dinero, juega.

Y, señores, no estamos en EEUU, se puede hacer a un equipo bueno a base de talonario, es decir, comprar jugadores buenos y despues intentar que jueguen como un equipo. Pero con lo que no se debe jugar es con el sentimiento del aficionado. Esto de decir... "ahora no me gusta el equipo del que conseguí el 51% del accionariado y me lo llevo a otro sitio" no debería estar permitido. Quien quiera un equipo en condiciones, que se lo curre y lo consiga empezando desde abajo, que conseguirá poquito a poco apoyo de la gente, pero esta aparición repentina... no, simplemente no. Mejora la gestión o sé más consecuente a lo que puedes obtener. Pero eso de llevarse al equipo de un lado a otro, me niego. Y es que no tengo nada más que decir (voces de fondo: ¡aleluya!)
lunes, 2 de mayo de 2011
Ayer estuve hablando con una amiga ed bastantes cosas, pero sólo me interesa aquí comentar una, quiero escribir un poco, no un libro entero. Esa "cosa" es Madrid, una ciudad que cuanto más conoces, más te gusta. No cuando la conoces en plan turista, que seguramente sea una ciudad sosa, con edificios bonitos pero ya, con algún que otro museo muy importante como el del Prado, con un estadio de fútbol muy visitado y otro un poquito menos.

El Madrid más bonito es el de mezclarte con la gente, aunque eso lleve impuesto entrar el ajetreo, esa forma de hablar tan particular: los más castizos, con un acento un poco más chulesco (nada peyorativo, eh), los provenientes y descendientes del éxodo rural, principalmente castellano, con nuestro acento que lleva por bandera el "ejque", además de nuestras burradas gramaticales que tanto daño hacen en los oídos de los españoles que viven más cerca del mar. Pero bueno, podríamos unir ambos bajo la frase "ejque la dije que fuese a Plaza España". El Madrid (aunque aquí digamos Madriz) de los domingos por la mañana en el Rastro, el de uno de los primeros días de primavera que asoma el sol con los parques repletos de niños, el de una tarde de invierno a las 8 de la tarde en Plaza España viendo cómo sube la Gran Vía, iluminada a partes iguales por los escaparates y farolas y por los coches, el Madrid universitario con gente de casi toda España al principio y de media Europa según vas avanzando.

El Madrid de barrio, tu sitio de pequeño, tu lugar de toda la vida donde el ajetreo es igual pero menos denso. El Madrid de río y estanques verdes, que no es nada sano pero que es distintivo, la capacidad que tienen los peces de sobrevivir en esas condiciones; incluso el de las obras que hacen de esta ciudad una carrera de obstáculos, zanjas, vallas y túneles, que le da color azul, amarillo o marrón, según sean las vallas o la tierra. El Madrid semivacío, en agosto, cuando el otro medio está en Torrevieja o Gandía, las playas de Madrid, y puedes pasearte por el centro con un calor pegajoso o tirarte en un parque a la sombra a simplemente no hacer nada, y con un poco de suerte puedes ver el skyline que dicen los anglosajones, con las cuatro lanzas recién nacidas y con las Torres Kio uniéndose y apuntando hacia el cielo.

Pero sin duda el Madrid más emocionante, para los que somos de aquí, lo encontramos cuando no estamos en Madrid, es una especia de nostalgia hacia nuestros adentros, cuando te das cuenta que te falta ese espíritu, esa sensación que sólo Madrid te ofrece. Y es cuando más te gusta Madrid.

Para los que somos así, esto nos pone la piel de gallina, estemos en Madrid o estemos, yo que sé, por ejemplo en La Laguna viendo correr el agua en una especie de estanquecillo.

Corre la fría noche buscando el calor del día
y el silencio se desmonta en un momento.
Advierten negras nubes que el sol hoy no madrugue
y puede que la lluvia esté presente.
Se despierta la gente, su ajetreo y su rutina
y a la vuelta de la esquina, amanece.
Saluda la mañana y las calles se acicalan y el trasiego de la vida nos ofrecen
avenidas invadidas por motores con sus ruidos, sus olores y adelantos.
Otro atasco, otro percance, otro borde, otra obra y otro ¿dónde coño aparco?

Abandonan sus barrios los hijos del salario a montar el escenario de a diario.
Se cuajan las aceras, se desgastan y se operan y abren mil trincheras entre andamios.
Y crece el reino del acero y el cemento y el asfalto brota rápido en el campo.
Otro árbol derribao' por el progreso junto a un nido de chabolas de extrarradio.
Y vallas de publicidad que siempre nos venden algo
y otro centro comercial pa dar abasto.
Basura para aburrir, producto del gasterío y en el río, tos' los peces llevan casco.

Y pare Madrid un montón de sueños para no dormir,
y empieza a rugir el movimiento.
Que ir y venir hay en su piel y en sus adentros, vivir y morir al mismo tiempo.
Y comercio y oficinas y mil putas sin esquinas y la ronda habitual de los maderos.
Turistas, pa los artistas del timo y el trapicheo
y, en el barrio de Lavapies caben las culturas del mundo entero.

Y pare Madrid un montón de sueños para no dormir,
sueños p'al de aquí y p'al extranjero.
Y pare Madrid riqueza, pobreza y todo un sinfín de aventuras y aventureros.

Y pare Madrid un montón de sueños para no dormir
y, sin descanso, corre el dinero.
Y pare Madrid montones de retos que digerir.
Vivir y morir al mismo tiempo.
Y pare Madrid mientras tose el cielo.
Y pare Madrid y ahora silba el viento.
Y pare Madrid.


domingo, 3 de abril de 2011
Después de eones sin escribir por aquí, vamos a intentar escribir algo. Y como venía de ver Telecinco (sí, que nadie me mire mal, ahora explicaré y tal y cual) , pues me doy la licencia de poner el título que he puesto a esta entrada, sirva esto como excusa.

Como decía, estaba viendo Telecinco. Y a las horas que eran, después de ver el partido de Liga en abierto (¡que no lo quiten, por favor!) y tener un rato puesto TDP, viendo en diferido parte del Federer - Nadal del Masters Series de Miami, he vuelto al salón y estaba puesta la TV en Telecinco, concretamente en un programa que por lo general no me gusta, La noria, pero justo al pasar yo estaban presentando a Risto Mejide, al cual le iban a hacer una entrevista; entrevista que he visto un buen rato, porque para mí, merecía la pena. Antes de hablar de la entrevista y de diversos temas más, aclaremos que el sr. Mejide ya no trabaja en Telecinco, sino que es publicista de Antena 3.

Dicho eso, y continuando en un párrafo aparte para hacer menos pesada la lectura, comentemos algunos aspectos de la entrevista. De lo primero que han hablado ha sido de su nuevo libro, "Que la muerte te acompañe". Por lo que parece, división de opiniones entre los críticos, y Mejide contento con el libro y soltando cosas interesantes, por ejemplo el respeto que tiene que tener el escritor con respecto al lector, puesto que el libro es un producto que compra el lector, o que no se juzgue el libro por los prejuicios hacia el escritor, sino una vez leída la novela.

También ha hablado de todo lo que ha sido su paso por Telecinco, Operación Triunfo, su programa "G-20", en el que cada programa había una lista de 20 personajes de índole pública de los que se destacaba algo negativo. De todo ello puedo destacar una serie de cosas que me gustan de este ácido publicista. La primera de todas es que él dice que siempre habla a la cara - cosa que, añado, no es muy habitual en estos tiempos -, la segunda es una frase que tiene como una de sus máximas: "Si nadie se molesta por lo que dices es que no has dicho absolutamente nada.". De esta frase aparece el mayor miedo, o así creo yo, de este publicista: la indiferencia. Realmente es un miedo que tiene mucha gente, tanto como al fracaso, si es que no consideran la indiferencia como un tipo de fracaso.

Fijaos, ¿qué importancia tiene una persona en la vida de otra cuando la primera ha resultado indiferente a la segunda? Ninguna, o eso me parece a mí. Algunos optan por no "cagarla" y prefieren ser indiferentes a causar un mal recuerdo, cosa que me parece correctísima, y otros optan por permanecer en la mente de los demás, sea por buenos recuerdos o por malos recuerdos. Y como he oído decir y he dicho, nadie muere si permanece en la memoria de los que le rodeaban, por lo que a lo mejor la segunda opción no es tan mala.

La tercera es la noción de negocio de la televisión. Algo de lo que ya hablaba en su etapa como jurado de OT y que magnifica, cosa lógica puesto que es un publicista y él tiene que conseguir vender. La televisión es un negocio, como bien deberíamos saber todos, y todos o casi todos los personajes de un cierto dominio público tienen una imagen mental asociada, imagen que vende o no.

Esto me da pie a hablar sobre una de las personas que tienen una imagen más controvertida y explotada. Para mí es una persona admirable y no sé, deleznable no es la palabra; aborrecido encaja mejor peor tampoco es la palabra, pero dentro del error, es menor. Hablo, y para que guarde relación con el título, de la imagen más explotada de Telecinco, Belén Esteban. Por todos es sabido que Belen Esteban, la apodada "princesa del pueblo", es otro "producto", que crea una división en España tan férrea como la formada por "rojos" y "fachas", lo que llaman "las dos españas". Yo hoy me mojo, y he de decir que admiro de ella una cosa que yo nunca me atrevería a hacer: vender mi vida, mi privacidad. Y ella lo ha hecho. Y por eso rompo una lanza a su favor. Y otra por saber que ha vendido su vida, no la de su hija, no la de su marido, no la de su familia. Eso la honra.

Por hoy no voy a hablar sobre la parte de mi que aborrece a "la Esteban", ya lo hago y lo oigo a menudo, pero creo que por una vez tenía que destacar algo positivo de ella, puesto que como producto que es, al final carecerá de valor y nos olvidaremos de ella. A no ser que no deje de triunfar y sea un gran modelo económico para la televisión en España, lo cual me desagrada y me desagradaría en un futuro.

Me despido mendigando algún comentario (Marta, sabes que por ti no va, siempre me dejas algo escrito, por mucho que no vaya contigo el tema del texto, y te lo agradezco mucho menos de lo que mereces), puesto que eso da algo más de fuerza para escribir, si no, nunca sabes si merece la pena escribir en abierto para que sólo lo lea una persona.

¡Hasta la próxima!
viernes, 11 de febrero de 2011

Creo que hoy lo mejor que podía enlazar título y texto era la frase escrita ahí arriba, pero bueno, más adelante comprobaréis la razón.

El caso, empecemos hablando de cosas supuestamente imposibles: por ejemplo, que exista una palabra en castellano que se pueda decir pero que no se pueda escribir. Lógicamente, no puedo escribir aquí cuál es la palabra en cuestión, puesto que si lo hiciese entraríamos en conflicto con un principio lógico fundamental, el de no contradicción.

Por otro lado, y siguiendo con las cosas a priori imposibles, podríamos hablar de conocer el futuro. El futuro, en abstracto, es un conjunto continuo, es decir, es infinito y tiene infinitos puntos, podríamos decir que no es tangible. En todo caso, podemos relacionar al futuro, e incluso según el sistema de referencia que tomemos, también al pasado, con dos conceptos totalmente abstractos asociados al tiempo. Nunca y siempre, que axiomáticamente son antagónicos entre sí. Podríamos decir ahora que no podemos conocer la veracidad de un enunciado en el que aparezca la palabra siempre o la palabra nunca, en tanto que se refieren a eventos futuros y desconocemos el modo de saber, con exactitud, los eventos futuros. En caso de conocer con exactitud los eventos futuros, entraríamos en contradicción.

Bueno, pensaréis vosotros: el agua, a una determinada presión, se evapora a 100ºC, aquí y en la China Popular. Cierto es. Entonces me remito a una palabra escrita antes: "supuestamente". Entonces podemos hablar de dos tipos de excepciones: hechos empíricos que se producen siempre, y hechos estadísticos. Mediante la ciencia matemática de la estadística, podemos optimizar el porcentaje de posibilidades de aparición de un hecho, provocando que, en buena medida, podamos adelantarnos al futuro. Obviamente, la estadística no es una ciencia de adivinación exacta, sino de aproximación. Ahora bien, podríamos hablar de los hechos ciertos y empíricos como hechos con una probabilidad de suceso tendente al 100%.

Como ya asimilé y escribí en una ocasión, en momentos de locura o éxtasis, donde la razón se ve sumergida a un segundo plano, podemos entrar en incoherencias de las que en estos tiempos contemporáneos serían susceptibles de llamarse "incoherencias políticas". Palabras vacías. O llenas. Hablamos del conjunto vacío y de un conjunto continuo, ni acotado ni cerrado. Del todo y de la nada, que si lo extrapolamos al tiempo, tenemos los conceptos anteriormente nombrados: siempre y nunca. Y he saltado de estas incoherencias a las palabras, sin un nexo de unión porque en mi cabeza sí lo hay y procederé ahora mismo a intentar darlo a entender: uno, en ese estado de locura o éxtasis, promete cosas a futuro, normalmente a largo plazo, en las que se ven incluidos los conceptos de nunca y siempre, dependiendo del contexto, ya sea positivo o negativo.

Con ese siempre y con ese nunca entramos en contradicción puesto que tratamos de acotar, cerrar, e incluso conseguir que ese intervalo, llamado futuro, podamos cuantificarlo en un número finito de puntos, de sucesos. Esa incoherencia puede estar destinada a buscar, así, en abstracto, la felicidad, sentada a base de promesas futuras en las que toman parte el siempre y el nunca. Quizá con esas promesas de futuro, repito imposible de predecir certeramente en cuanto que no es un hecho empírico y que depende de variables posteriores al momento de su estudio, en el mejor de los casos, semi-estadístico o estadístico-volitivo, busquemos estabilizar lo inestable.

En mi caso, no sé si lo que necesito es una estabilidad inestable o una inestabilidad estable, que son conceptos diferentes aunque a primera vista no lo parezcan. Lo único que sí que sé es que algo de estabilidad necesito, pero más que estabilidad necesito una calma, finita pero constante y duradera, si bien es cierto que la búsqueda trae consigo parte de la noción de futuro, y el futuro es impredecible en la mayoría de áreas, como es este. Cíclico en buena parte, pero impredecible. Como esa calma tiene dos componentes que la hacen lógicamente útopica: el concepto intrínseco de futuro, y la mayor e inmensa dificultad de encontrar una estabilidad estable, podríamos decir lo que reza el título, parafraseando a cierto rapero español: Busco una calma inalcanzable.

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