viernes, 8 de julio de 2011
Antes de decir nada, sé que a la mayoría de los poquitos que echáis un ojo al blog no os gustará este texto, más que nada porque es deporte 100%. Avisada la tripulación, izamos velas.

El motivo de esta entrada es simplemente el tema del modelo de gestión y sentimiento de un equipo deportivo, ya sea fútbol, baloncesto, rugby..., tema que viene a colación debido a la compra y traspaso del BM Ciudad Real, uno de los mejores equipos de balonmano de Europa, por parte del Atlético de Madrid. No es una crítica al Atlético de Madrid, es más, si el Real Madrid hubiese comprado el BM Ciudad Real haría la misma crítica. Sólo que detesto esa pérdida de valores, jugar con los sentimientos de los aficionados y seguidores habituales que no pueden ir al estadio cada 2 semanas (por ejemplo porque viven a 300 o 400 km). Porque fijaos... en España, y por lo general en Europa, el club de la ciudad o los clubs de la ciudad se han ido formando a base de uniones de pequeños equipos, y se han ido asentando en la ciudad, calando entre la gente. En España menos, pero en Inglaterra los equipos de fútbol tienen un activo programa de ayudas y centros sociales, la unión equipo-gente es mayor, y si nos vamos a Escocia es todavía más fuerte, donde los equipos están asociados con las comunidades religiosas, en Glasgow están los Celtics (católicos) y los Rangers (protestantes), en Edimburgo está el Hearts (protestantes) y el Hibernian (católicos).

Ahora coged y decid al Hibernian que como no recibe suficientes ingresos de las Administraciones, que el equipo se renombra y se va con todo (directiva, jugadores, equipo técnico...) a Aberdeen, por ejemplo. Crea un caos en la ciudad increíble, en un aspecto tan importante de la vida de la sociedad como es el fútbol (no digo que sea importante o no para mí, o si debería o no serlo, simplemente que lo es), cuando además está asociado a una cultura, rompe a la ciudad en una parte que se ve superior a la otra porque mantiene su equipo, y la otra hundida porque pierde fuerza.

Bien, pues minimizamos el impacto y nos lo llevamos a Ciudad Real, una ciudad pequeñita, pero que cuenta con un equipo de Balonmano que es de lo mejorcito de Europa, y junto con el Barça, el equipo más fuerte de España. ¿Qué representa el BM Ciudad Real no sólo para la ciudad sino para Castilla-La Mancha? Primero, destacar como colectivo en algo de deportes: en fútbol tienen a un equipo recién ascendido de 2ªB, en baloncesto no tienen a ningún equipo en la ACB, y uno de los mejores manchegos, el CB Illescas, está en la LEB (no sé ahora si LEB Oro o LEB Plata), en deportes minoritarios nada, en ciclismo todo el patrocinio está en horas bajas y en balonmano, seguramente el 3º deporte de equipo más importante de españa, tienen a dos equipos, pero el Balonmano Ciudad Real es el único que sale de España. ¿Qué promoción tiene CLM fuera de España para cosas como el turismo? El albaceteño Iniesta y el BM Ciudad Real. Un equipo que contará con simpatías (o no) en otros países europeos, y que, ¡oye!, permite situar a Ciudad Real en el mapa. Pues imaginad para los habitantes de Ciudad Real, Puertollano... fuera de España los colocan en el mapa, son conocidos en potencias europeas como Francia o Alemania, además de tener el orgullo de que en su ciudad hay un gran equipo de algo.

Pero en época de crisis hay deudas y en vez de vender jugadores, subir a gente que sienta los colores del club y saldar las deudas pendientes, cogemos las maletas y nos vamos no sólo a otra ciudad, sino a otra Comunidad Autónoma. Y la gente, sobre todo los aficionados, de Ciudad Real se quedan compuestos y sin equipo. El equipo cambia de nombre, no de dueño, y recibe dinero. ¿Y el sentimiento de equipo? No lo hay. Se puede hinchar por él, como dirían los argentinos, pero no es lo mismo. Puede comprarlo el Atlético de Madrid y regenerar una sección que el sr. Gil hizo desaparecer. Pero no es el mismo sentimiento. No niego que la gente se vaya a enganchar al nuevo Ciudad Real... digo, el nuevo BM Atlético de Madrid, pero como en 2 años la gestión sea pésima, se quedan sin aficionados.

Sin embargo, esto no es nuevo en España. Hace pocos años, había un equipo de fútbol en Murcia que subió como la espuma hasta la Segunda División, el Ciudad de Murcia. Pero cuando el presidente se cansó y quería más y más dinero de las Administraciones, en vez de dejar el club, lo vendió a un empresario granadino que se lo llevó a Granada, renombrándolo como el Granada 77, un equipo que ya estaba allí establecido pero que no conseguía grandes resultados, por lo que el nuevo Granada 77 absorbió al anterior. El Granada 77 no fue seguido por la gente, en Murcia la afición del Ciudad se quedó sin equipo al que animar y el nuevo equipo granadino ya ha desaparecido. Con eso digo todo. Sin embargo, el equipo mayoritario de Granada, dirigido por el antiguo presidente del Ciudad de Murcia (¿casualidades de la vida?) ha subido a Primera. Pero es que el Granada CF tenía afición hasta en Tercera.

El título de la entrada se corresponde a que este modelo europeo choca con el estadounidense, donde todo va por franquicias: no es la unión de pequeños equipitos lo que da lugar a un gran equipo, sino mucho dinero que crea una franquicia. Y así tenemos a un equipo de Minneapolis que se traslada a Los Ángeles, equipo en el que actualmente (bueno, ahora hay parón en la NBA) juega Pau Gasol. O el caso más reciente, el de Seattle Supersonics, que de la noche a la mañana desaparece y se va a Oklahoma City. Pero no hay un sistema de divisiones en el que suban o bajen equipos, hay un número de plazas para equipos y quien tenga dinero, juega.

Y, señores, no estamos en EEUU, se puede hacer a un equipo bueno a base de talonario, es decir, comprar jugadores buenos y despues intentar que jueguen como un equipo. Pero con lo que no se debe jugar es con el sentimiento del aficionado. Esto de decir... "ahora no me gusta el equipo del que conseguí el 51% del accionariado y me lo llevo a otro sitio" no debería estar permitido. Quien quiera un equipo en condiciones, que se lo curre y lo consiga empezando desde abajo, que conseguirá poquito a poco apoyo de la gente, pero esta aparición repentina... no, simplemente no. Mejora la gestión o sé más consecuente a lo que puedes obtener. Pero eso de llevarse al equipo de un lado a otro, me niego. Y es que no tengo nada más que decir (voces de fondo: ¡aleluya!)

1 comentarios:

Sheena Rogers dijo...

Estoy completamente de acuerdo... Pero en este caso, como en todos en los que hay dinero de por medio y una cadena de empresarios/dirigentes, el último en quien se piensa y el que siempre sale perjudicado es el consumidor, el ciudadano de a pie, el aficionado en este caso. Eso es lo que pasa cuando solo importa el dinero.

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